Incertidumbre y cambio son probablemente dos de los conceptos que mejor definen el momento en que nos encontramos, y no resulta demasiado aventurado anticipar que así seguirá siendo durante los años sucesivos, por lo menos.
Uno de los entornos en que se está viviendo con más intensidad esta mutabilidad y falta de certezas es en el empresarial, que ha visto como la pandemia cambiaba las reglas del juego y ponía de cabeza muchas de las cosas que todos dábamos por sentadas.
Esto ha obligado a las empresas y sus trabajadores a adaptarse, una y otra vez y a marchas forzadas, a las volubles condiciones que ha ido imponiendo el COVID. Por ello, aunque resulte complicado hacer predicciones sobre exactamente qué es lo que nos deparan los siguientes años (o incluso meses) sí podemos centrar la mirada en qué es lo que las empresas van a necesitar de sus trabajadores, en todos los niveles, para operar con éxito en la realidad líquida en que nos encontramos.
A grandes rasgos se trata de un conjunto de habilidades que ya se encuentran altamente demandados por parte de las empresas y que lo serán más aún en los años venideros. Analicemos cuales son:
Habilidades más demandadas en las empresas
Innovación: pensamiento creativo y resolución de problemas
La innovación es una necesidad en un entorno cambiante. La capacidad de plantear ideas disruptivas y liderar proyectos que ofrezcan nuevas soluciones a nuevos o antiguos problemas es fundamental para que un modelo de negocio siga siendo competitivo en la realidad actual.
Para conseguir crear esta cultura de innovación es indispensable contar con profesionales creativos, capaces de pensar de forma estratégica y crítica y con la habilidad de comunicar eficazmente sus ideas. La creatividad es una de las soft skills más demandas gracias a su capacidad de asociar, experimentar, recombinar y alejarse de la lógica lineal para crear respuestas novedosas.
Liderazgo, comunicación y empatía
Realmente la primera está íntimamente ligada a las otras dos, casi podríamos decir que es consecuencia de ellas, aunque tenga entidad en si misma. Entendiendo el liderazgo como la capacidad de inspirar a las personas para perseguir un objetivo común, resulta evidente que, para conseguir un liderazgo positivo, efectivo y sostenible en el tiempo, la empatía y la comunicación son fundamentales.
La primera para ponernos en el lugar del otro y comprenderlo, ya sea este parte del equipo de trabajo, un cliente o un proveedor; la segunda para transmitir de forma efectiva y convincente nuestras ideas y conseguir la persuasión necesaria para inspirar y unir voluntades en pos de una causa común.
Flexibilidad y adaptación al cambio
Estas habilidades resultan bastante autoexplicativas, especialmente teniendo en cuenta la contextualización que hemos realizado anteriormente. La capacidad de ser flexible y adaptable a las circunstancias cambiantes en que nos encontramos es indispensable si buscamos ser competitivos y capaces de convertir los desafíos en oportunidades.
Aquí entra la capacidad de aprendizaje veloz tanto de conocimientos como de comportamientos y dinámicas, como la disposición a abrirse a nuevas ideas y formas de operar.
Colaboración y trabajo en equipo
La tecnología combinada con la necesidad, ha impulsado el teletrabajo y fomentado la deslocalización, permitiendo que en un mismo equipo de trabajo participen profesionales de diversas partes del globo. El saber aprovechar las nuevas dinámicas que esto genera y conseguir explotar todo el potencial que esta diversidad atesora es una habilidad altamente codiciada y necesaria para conseguir los mejores resultados.
Ante la necesidad de empresas y organizaciones de contar con profesionales preparados y que cuenten con estas habilidades el MBA de la Universidad Internacional de Valencia ha apostado por reforzar su enseñanza a través de un innovador bootcamp, bautizado como ‘Impulso: Estrategia, Innovación y Liderazgo’.
El término bootcamp tiene su origen en el mundo militar, y hace referencia a los campos de entrenamiento donde se forman a los nuevos reclutas. Se trata de un programa intensivo, en el que los participantes consiguen afrontar nuevos retos y adquirir, en pocas semanas, las habilidades, competencias y conocimientos para comenzar su carrera dentro del mundo militar.
Este es el espíritu que anima el Bootcamp Impulso: Estrategia, Innovación y Liderazgo’. Se trata de una formación que en 4 intensas semanas ofrece un aprendizaje inmersivo estructurado en torno a 3 pilares: estrategia, innovación y liderazgo, aplicados a la dirección y gestión de empresa.
Durante las 4 semanas de duración, los estudiantes del Bootcamp trabajan en un equipo multidisciplinar y diverso con el objetivo de resolver un reto o necesidad real. En este proceso los estudiantes trabajan el pensamiento creativo, la ideación y disrupción como formas de llegar a soluciones diferentes. Además, al tratarse de un proyecto iterativo deben ser capaces de adaptarse a los cambios e imprevistos de una manera ágil y flexible.
A lo largo de todo el proceso deben practicar sus habilidades comunicativas y de liderazgo, tanto para persuadir a sus compañeros de equipo como a los profesores que evalúan sus progresos. Estas habilidades se ponen aún más a prueba en la fase final del Bootcamp, cuando deben dedicar la 4ta semana a trabajar las habilidades comunicacionales necesarias para vender de forma exitosa su proyecto.
En definitiva, se trata de una experiencia formativa intensa, diseñada para responder a las necesidades del entorno empresarial actual y futuro, y que dota a los estudiantes de algunas de las principales habilidades y conocimientos que demanda el mercado, aumentando de esta manera su empleabilidad y posibilidades de dar el salto profesional que muchos de ellos buscan.
Algo que confirman las opiniones de los estudiantes participantes: más del 96% afirma que recomendaría al futuro estudiante del MBA cursar el Bootcamp, y más del 85% cree que los conocimientos adquiridos serán muy útiles en su trabajo.