Es esencial que todas las partes de una transacción propuesta entiendan completamente los riesgos y oportunidades inherentes a cualquier acuerdo potencial de fusiones y adquisiciones. La diligencia debida o «due diligence» exhaustiva y sólida brinda la información y los conocimientos necesarios para tomar decisiones informadas. Sigue leyendo para saber cómo evaluar los riesgos de terceros en la adquisición o fusión de empresas.

La actividad de fusiones y adquisiciones suele ser compleja, de alto valor y de naturaleza a largo plazo. Por lo tanto, es vital que tanto el comprador como el vendedor comprendan la gama completa de obligaciones, responsabilidades, riesgos y oportunidades inherentes a cualquier actividad de fusión y adquisición, y que lo hagan antes de finalizar una fusión o adquisición.

Sin embargo, la mayoría de las transacciones de fusiones y adquisiciones se concluyen de forma privada, lo que significa que la disponibilidad de información importante relacionada con los aspectos comerciales, financieros, legales y administrativos de las partes puede no estar fácilmente disponible.

Esto presenta un obstáculo inmediato, porque la viabilidad de cualquier posible fusión o adquisición depende de la calidad de la información que informa la decisión de proceder. La recopilación y el análisis completos de la información son cruciales, y ambos impactan directamente en el éxito futuro de cualquier acuerdo.

Solo con la información y los conocimientos correctos, las partes interesadas pueden tomar decisiones informadas, basadas en una comprensión sólida del espectro completo de riesgos y oportunidades potenciales que existen antes de celebrar un acuerdo.

También es importante tener en cuenta que no solo se requieren datos adecuados sobre el objetivo de la fusión o la adquisición. Teniendo en cuenta los crecientes riesgos reputacionales y de otro tipo asociados con las redes de terceros, también se debe investigar el universo de terceros asociados con el objetivo.

El papel fundamental del due diligence

La diligencia debida, también conocida cómo due diligence, es el proceso de recopilación y verificación de información relevante sobre una empresa o persona para permitir que la parte que realiza el pedido tome una decisión informada. La parte que realiza el pedido puede ser el comprador o el vendedor: la diligencia debida tiene valor para ambas partes en cualquier escenario de fusiones y adquisiciones.

El due diligence debe mejorar la calidad de cualquier información que las partes ya posean, pero también debe proporcionar información adicional, por ejemplo, la relacionada con el beneficiario final (UBO), la cobertura de los medios, los litigios, las acciones de cumplimiento o las preocupaciones sobre la reputación.

Para los compradores, la diligencia debida exhaustiva reduce el riesgo que implica la compra de otra empresa.

La diligencia debida adecuada le brinda al comprador una supervisión transparente y permite una valoración precisa de la empresa objetivo en función de los riesgos y oportunidades que presenta.

El acceso a información relevante y detallada equipa a los compradores para tomar decisiones informadas sobre si proceder o no, ajustar los términos de un acuerdo potencial o retirarse.

Para los vendedores, el due diligence proporciona una indicación del valor real de mercado de su empresa, lo que a su vez les permite establecer expectativas de precio de compra realistas.

Además, el vendedor puede obtener información detallada y relevante sobre el posible comprador, lo que le ayudará a decidir si celebrar el acuerdo sería beneficioso, tanto desde el punto de vista financiero como reputacional.

Cómo la debida diligencia puede ayudar a cumplir con las leyes y regulaciones de KYC y AML

La realización de un due diligence adecuada puede ayudar a la empresa a identificar y mitigar los riesgos asociados con terceros antes de que se conviertan en un problema. Por ejemplo, puede ayudar a la empresa a identificar riesgos legales y regulatorios, como el incumplimiento de leyes y regulaciones de KYC y AML.

KYC (conocer a su cliente) y AML (prevención del lavado de dinero) son conceptos clave en la evaluación de los riesgos de terceros. KYC se refiere al proceso de verificar la identidad de los clientes y evaluar su historial crediticio y de antecedentes para determinar su nivel de riesgo. AML, por otro lado, se refiere al conjunto de medidas y procedimientos que las empresas implementan para prevenir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.

Al realizar una debida diligencia adecuada en el proceso de fusión o adquisición de empresas, la empresa puede asegurarse de que está cumpliendo con las leyes y regulaciones de KYC y AML. Esto puede ayudar a proteger la fusión o adquisición de posibles multas y sanciones regulatorias, así como a mitigar los riesgos asociados con las terceras partes.

La diligencia debida es un elemento vital en la determinación precisa del valor en cualquier escenario de fusiones y adquisiciones, y los datos y conocimientos correctos pueden ayudar a todas las partes a tomar mejores decisiones basadas en una comprensión profunda de la gama completa de riesgos y oportunidades que existen.

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